¿Qué tiene de especial el arte islámico?

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El arte islámico rehuye las representaciones icónicas o simbólicas típicas, pero en su lugar se enfoca en patrones infinitos. El arte refleja el reino de lo divino al deslumbrar al espectador con una red de intrincados patrones geométricos, que representan la interconexión de toda la creación con lo divino, cada línea como un hilo tejido en una alfombra cósmica. De cerca, la obra puede parecer caótica pero de lejos revela la verdadera naturaleza de su ser, reflejando así el mundo en el que vivimos.

“Hay una historia que cuenta Jalaluddin Rumi de una hormiga que se arrastra sobre una alfombra persa en una mezquita, y la hormiga se queja a Dios, diciendo: '¿Qué es esto, estos bultos, colores y patrones extraños? ¡Esto debe haber sido creado como una carrera de obstáculos sin sentido! ¡Qué cosa tan inútil haber hecho! Pero, por supuesto, el fabricante de alfombras, mirándolo desde arriba, puede ver los patrones y el propósito del mismo, y puede ver que todo es perfecto y bueno. Y Allah también es así. A menudo no podemos dar sentido a las desgracias porque somos bidimensionales, estamos al nivel del suelo, no podemos ver lo que significa que esta es una manifestación de la voluntad de Alá, que siempre es buena, siempre perfecta y siempre hermosa”.